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El cuadro ilustra el martirio y el tormento físico. El apóstol Bartolomé, casi desnudo, nos mira impotente, mientras un sádico verdugo borracho lo despedaza con deleite. En el suelo, una escultura clásica, que ha sido identificada como el dios Baldach, y en el fondo dos sacerdotes, con la cabeza cubierta, son testigos de la tortura. El cuadro sigue el texto de Jacobus de Voragine en la “Leyenda Dorada”, que es la versión cristiana de la fábula del sátiro Marsyas, que sufrió el mismo castigo que San Bartolomé. Se trata de una obra que demuestra el excelente arte de Lo Spagnoletto. Antes de entrar en su actual hogar, perteneció al ilustrador Alexandre de Riquer[2].

Johann Adolph Hasse: ¡Mea tormenta, properate! | 1758

I, 106Ver más información “Descripción del artículo:  BARTOLOMO VIVO Uno de los temas favoritos de Ribera fue San Bartolomé, apóstol y misionero que fue desollado vivo por su fe cristiana. El artista representó el martirio de Bartolomé en un grabado anterior, cuya composición pudo servir de modelo para este dibujo. La peculiar disposición de las figuras -desde el afilador de cuchillos en el extremo derecho, pasando por su homólogo atando las piernas de Bartolomé, hasta el verdugo de pie desollando su antebrazo- confiere al dibujo una dimensión instructiva, demostrando, paso a paso, cómo martirizar a un santo. La inscripción que aparece a continuación no es de la mano de Ribera, sino que puede haber sido añadida por un propietario posterior de la hoja.

Sobre esta exposición:  Entre los siglos XVI y XIX, España fue testigo del auge de la Iglesia católica y del florecimiento de artistas de la corte que exploraron visiones profundamente espirituales. Al mismo tiempo, la pesadilla de la Inquisición llevó a los artistas a explorar el lado más oscuro de la naturaleza humana a través de escenas de martirio y tortura. El dibujo desempeñó un papel fundamental en la concepción de estos diversos temas, desde los estudios preparatorios de Murillo para los encargos de pintura hasta los álbumes privados de Goya que satirizaban la sociedad contemporánea. Además de esta rica tradición en España, los artistas españoles también trabajaron en el extranjero, especialmente en Nápoles, que era territorio español.

Martirio de san bartolome ribera 2022

San Bartolomé fue desollado vivo bajo las órdenes del rey Astyages por haber convertido a todos los súbditos del rey al cristianismo. Inspirándose en la leyenda apócrifa mencionada por Jacopo de la Voragine en la “Leyenda Dorada”, Ribera representa la escena al aire libre, colocando al santo en una acentuada diagonal – inspirada en [Caravaggio#PINTOR#1493] – que refuerza la sensación de violencia. Mientras uno de sus verdugos ata la pierna del santo, el otro ya ha empezado a desollar su brazo y se ven los tonos rojos de sus músculos. La expresión del santo es uno de los puntos centrales de la escena y su dolor se transmite magníficamente a través de sus ojos y boca muy abiertos y su ceño fruncido. Una fina capa del mismo color cubre la anatomía del santo, mientras que a sus pies hay una cabeza de inspiración clásica -el dios Baldach que fue milagrosamente destruido por el santo- que contrasta con el naturalismo de los rostros del fondo. La composición se organiza en torno a una serie de diagonales que dan ritmo a la imagen.La influencia de Caravaggio sigue presente en el estilo naturalista y en los tonos oscuros. Sin embargo, la iluminación se ha alejado de los anteriores contrastes tenebristas para dar paso a un uso más personal, empleando una luz dorada que ilumina las partes de la imagen en las que incide directamente, deslizándose sobre el cuerpo del santo martirizado.

Martirio de san bartolome ribera en línea

La obra de Ribera, muy popular en la Italia y España de la Contrarreforma, retrata los últimos momentos del apóstol antes de ser desollado vivo. El espectador debe empatizar con Bartolomé, cuyo cuerpo parece atravesar la superficie del lienzo, y cuyos brazos extendidos abrazan una luz mística que ilumina su carne. Sus ojos penetrantes, su boca abierta y su mano izquierda suplicante denotan una intensa comunión con lo divino; sin embargo, esta misma mano llama nuestra atención sobre los instrumentos de su tortura, colocados simbólicamente en forma de cruz. El verdugo parece haberse detenido ante la fe activa de Bartolomé, y su ceño fruncido y su rostro parcialmente iluminado sugieren un momento de duda, con la posibilidad de conversión.

El uso de fuertes contrastes de luz y oscuridad y el extremo naturalismo revelan la influencia de Caravaggio, cuya obra Ribera habría visto tanto en Roma como en Nápoles, donde vivió desde 1616 hasta el final de su vida. Sin embargo, a diferencia de Caravaggio, Ribera ha animado el lienzo con una variedad de pinceladas y texturas, lo que permite al espectador involucrarse aún más con esta pintura de gran carga psicológica.