Venus de hohle fels

La Cueva de Altamira (/ˌæltəˈmɪərə/; español: Cueva de Altamira [ˈkweβa ðe altaˈmiɾa]) es un complejo de cuevas, situado cerca de la histórica ciudad de Santillana del Mar en Cantabria, España. Es conocido por su arte rupestre parietal prehistórico con dibujos al carbón y pinturas policromadas de fauna local contemporánea y manos humanas. Las primeras pinturas fueron aplicadas durante el Paleolítico Superior, hace unos 36.000 años[1] El yacimiento fue descubierto en 1868 por Modesto Cubillas y posteriormente estudiado por Marcelino Sanz de Sautuola[2].

Además de la llamativa calidad de su arte policromado, la fama de Altamira se debe a que sus pinturas fueron las primeras pinturas rupestres europeas para las que se sugirió y promovió un origen prehistórico. Sautuola publicó sus investigaciones, con el apoyo de Juan de Vilanova y Piera, en 1880, con el beneplácito inicial del público.

Sin embargo, la publicación de las investigaciones de Sanz de Sautuola no tardó en provocar una agria polémica pública entre los expertos, algunos de los cuales rechazaron el origen prehistórico de las pinturas alegando que los seres humanos prehistóricos carecían de capacidad suficiente para el pensamiento abstracto. La controversia continuó hasta 1902, momento en el que se acumularon los informes de hallazgos similares de pinturas prehistóricas en la región franco-cantábrica y la evidencia ya no podía ser rechazada[3].

Venus de bronce…

Durante las décadas de 1960 y 1970, las pinturas de la Cueva de Altamira estaban siendo dañadas por el aliento húmedo de un gran número de visitantes. Altamira se cerró completamente al público en 1977, y se reabrió con acceso limitado en 1982. Se permitía la entrada de muy pocos visitantes al día, lo que dio lugar a una lista de espera de tres años. En la actualidad se están estudiando las condiciones de conservación del interior de la Cueva de Altamira, por lo que NO es posible visitarla. En las inmediaciones se ha construido una réplica de la cueva y un museo.

Cuando me enteré de que existía el “Patrimonio de la Humanidad”, la Cueva de Altamira subió rápidamente al primer puesto de mi lista de visitas. Es un lugar magnífico, pero también exclusivo. Había que reservar la visita con 3 años de antelación. Un día iré allí, pensé. Reservaré una plaza y viajaré hasta allí para ver esta obra de arte. ¿Pero qué pasó? La cueva se cerró por completo al público en general en 2001.

Años y años (y muchos WHS) más tarde, me quedé un par de días en Llanes, una ciudad lo suficientemente cerca como para viajar a Altamira. Hoy en día sólo se puede visitar una réplica, y desde 2008 otras cuevas paleolíticas de la zona se han añadido a este particular WHS. Así que la cueva de Altimara ya no es tan única. Sin embargo, he visto en la página web oficial de Altamira que incluso es posible / recomendable reservar con antelación la visita a la réplica de la cueva.

Reno nadador

La historia de las pinturas rupestresLas pinturas rupestres son las imágenes prehistóricas que se encuentran en las paredes de las cuevas de todo el mundo, y las más antiguas se remontan al año 32.000 a.C. El propósito de estas pinturas rupestres es incierto, sin embargo, algunas pruebas sugieren que no eran puramente decorativas.

Una teoría sugiere que tenían un propósito mágico para la caza, con la esperanza de aumentar el número de animales disponibles para cazar. Otra teoría sugiere que un chamán entraba en la cueva y pintaba sus visiones, quizá para ganar poder. La tercera teoría sugiere que una amplia gama de personas crearon estas imágenes, siendo la mayoría mujeres, lo que demuestra que las teorías del chamán no son válidas.

Los materiales utilizados en las pinturas rupestres eran pigmentos naturales, creados mediante la mezcla de elementos naturales molidos, como tierra, ocre rojo y sangre animal, con grasa animal y saliva. Aplicaban la pintura con un pincel hecho a mano con una ramita y con pipas de soplar, hechas con huesos de pájaros, para rociar la pintura sobre la pared de la cueva.

Paso 4: Si lo deseas, diluye un poco de pintura con agua, añádela a una botella de spray y coloca tu mano sobre tu obra. A continuación, pulveriza sobre la mano, creando un contorno. Así es como los artistas rupestres firmaban sus obras.

Venus de laussel

Diecisiete cuevas decoradas del Paleolítico fueron inscritas como ampliación de la Cueva de Altamira, inscrita en 1985. El bien aparecerá ahora en la Lista como Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico del Norte de España. La propiedad representa el apogeo del arte rupestre paleolítico que se desarrolló en toda Europa, desde los Urales hasta la Península Ibérica, entre 35.000 y 11.000 a.C. Debido a sus profundas galerías, aisladas de las influencias climáticas externas, estas cuevas se conservan especialmente bien. Las cuevas están inscritas como obras maestras del genio creativo y como el primer arte realizado por la humanidad. También se inscriben como testimonios excepcionales de una tradición cultural y como ilustraciones destacadas de una etapa significativa de la historia de la humanidad.

La Cueva de Altamira, inscrita en la Lista en 1985, ha recibido un nuevo nombre. Al yacimiento original se añadieron 17 cuevas con pinturas rupestres que datan del Paleolítico. La propiedad representa el apogeo del arte rupestre paleolítico que se desarrolló en toda Europa, desde los Urales hasta la Península Ibérica, entre 35.000 y 11.000 a.C. La conservación de las cuevas es excelente, ya que se encuentran a una profundidad que las protege de las variaciones climáticas. Las cuevas han sido inscritas en la Lista como testimonio único de los poderes creativos del hombre primitivo y de la existencia de una tradición cultural. Son obras maestras del primer tipo de actividad creativa plenamente dominada por el hombre, que contribuyen a una mejor comprensión de un período importante de la historia de la humanidad.