Puntillismo

Georges Pierre Seurat nació el 2 de diciembre de 1859 en París, Francia, en el seno de una familia acomodada. En su adolescencia, Seurat estudió bellas artes en escuelas parisinas como la École des Beaux-Arts, donde aprendió la teoría del color y los contrastes. En 1879, dejó la escuela de arte para servir al ejército.

Tras un año en el ejército, Georges Seurat regresó a París, donde reanudó su actividad artística, prestando especial atención al oficio de las obras monocromáticas (de un solo color). Una de sus obras de esta época, un retrato a lápiz de su compañero de piso, fue presentada en 1883 en el Salón de París, un prestigioso lugar para las nuevas obras de arte.

En 1884, Georges Seurat y otros artistas independientes se unieron para formar la Société des Artistes Indépendants. Esta coalición ofrecía un lugar de encuentro a artistas como Seurat que rompían con los estilos del pasado, además de ayudar a enseñar nuevos estilos a otros artistas y marcar la tendencia de la siguiente era.

Por esa misma época, a los 24 años, Seurat comenzó a trabajar en lo que sería su obra emblemática. Hasta ese momento, Seurat -un hombre tan lógico y científico como artístico y creativo- había seguido los descubrimientos ópticos de científicos como Michel Chevreul. Basándose en sus teorías, Seurat supuso que la forma más viva de mezclar colores sería colocar puntos de diferentes colores cerca unos de otros.

Datos sobre el puntillismo

La práctica y las pinturas de Georges Seurat y Paul Signac dieron lugar a la aparición del puntillismo, que suele asociarse al año 1886. Ambos artistas utilizaron este estilo con anterioridad, pero fueron los críticos de arte quienes acuñaron el término para describir su extraordinario e innovador enfoque del lienzo y la pintura. Al principio (a finales del siglo XIX), la crítica tenía una actitud más bien burlona hacia la técnica utilizada por Seurat y Signac: criticaban su práctica, creyendo que el término “puntillismo” tendría una connotación peyorativa. Sin embargo, la historia demostró que estos agudos pedantes estaban equivocados, ya que el puntillismo entró en los libros como uno de los movimientos artísticos más progresistas de la época. Al introducir una percepción completamente nueva en el campo de los estudios del color, el puntillismo ha tenido una enorme influencia en diversos movimientos artísticos, que abarcan desde finales del siglo XIX hasta las vanguardias de todo el siglo XX.

El puntillismo describe una técnica en la que se aplican cientos de pequeños puntos o guiones de color puro sobre el lienzo, u otra superficie, con el fin de crear la máxima luminosidad. Esta forma de crear arte se basa en la capacidad del ojo y la mente del espectador para mezclar las manchas de color en una gama de tonos. Esta técnica contrasta con los métodos tradicionales de mezcla de pigmentos en una paleta. Se parece más al proceso de impresión en cuatricromía CMYK que utilizan algunas imprentas de color (cian (azul), magenta (rojo), amarillo y clave (negro)). Si la composición se ve desde cierta distancia, (supuestamente tres veces la medida diagonal) los puntos de color dan un efecto más rico y sutil que el que se puede conseguir con las técnicas convencionales. En las composiciones puntillistas, el tema no es tan importante como los puntos. Lo importante son los puntos y la imagen que crean. Por último, la mayoría de los cuadros puntillistas se han realizado con pintura al óleo. Hay excepciones a la regla, pero son escasas.

Una tarde de domingo en la isla

Tras el periodo impresionista, apareció un nuevo movimiento: el puntillismo. También llamado neoimpresionismo o divisionismo, este movimiento apareció en el siglo XIX gracias al impulso de Georges Seurat y su contemporáneo, Paul Signac. Pero, ¿qué engloba realmente esta denominación un tanto simplista? Siga leyendo para descubrir las peculiaridades de este movimiento y los grandes artistas que lo encarnaron.

Fueron dos los principales artistas que dieron continuidad a la tradición puntillista: Pierre Seurat y Paul Signac. Pero junto a ellos, otros como Camille y Lucien Pissaro, Albert Dubois-Pillet, Henri Edmond-Cross, Théo Van Rysselberghe, Henri Matisse e incluso Van Gogh se inspiraron en el arte puntillista.

También conocido como Divisionismo, el Puntillismo es una sofisticada técnica pictórica. Obliga a nuestro ojo y nuestra mente a fusionar y asimilar el color en una amplia gama cromática. Se trata de un enfoque relativamente original, ya que los toques puntuales del pincel obligan al espectador a dar unos pasos atrás para ver la aparición de la obra en su conjunto. Al igual que los artistas impresionistas, los puntillistas representan paisajes, retratos y marinas; su objetivo es pintar escenas relajantes al aire libre.

Divisionismo

El puntillismo, cuyo nombre fue acuñado originalmente por los críticos de arte para ridiculizar la técnica, se desarrolló como parte del movimiento postimpresionista a finales de la década de 1880. Esta técnica artística consistía en pintar puntos diminutos pero distintos unos junto a otros para formar una imagen. Muchos artistas empezaron a adoptar esta técnica de pintura y después de la década de 1890, una vez que el puntillismo alcanzó su punto álgido, dio paso al desarrollo del movimiento artístico fauvista.

La revolucionaria técnica pictórica que acabó conociéndose como puntillismo intentaba utilizar la ciencia de la óptica a la hora de crear cuadros. Para ello, se pintaban puntos pequeños pero separados de colores no mezclados uno al lado del otro, que se colocaban en varios patrones para formar una imagen.

El efecto que se conseguía era que, al colocar los puntos tan cerca unos de otros, los ojos de los espectadores los difuminaban automáticamente en una imagen. Esta técnica se asemeja al funcionamiento actual de las pantallas de ordenador, ya que los píxeles de la pantalla se asemejan a los puntos de una pintura puntillista.