Cuáles son las causas del agrandamiento del hígado y el bazo en los perros

El hígado es un órgano esencial y único. Tiene la capacidad de funcionar incluso cuando está afectado por una enfermedad. También puede regenerarse, a diferencia de otros órganos. Esto hace que el tratamiento temprano sea especialmente eficaz.

El hígado se encuentra entre el diafragma y el estómago del perro y es el órgano más grande de la zona abdominal. Aunque se expande por ambos lados del cuerpo del perro, la mayor parte del hígado se encuentra en el lado derecho.

No existe una causa específica de la enfermedad hepática en los perros. La inflamación suele producirse cuando el tejido se infecta por diversas razones, como hongos, parásitos, cáncer o una infección vírica. Algunas de las causas más comunes son

Los perros en las primeras fases de la enfermedad hepática canina pueden no mostrar síntomas visibles. Esto se debe a que el hígado funciona con una capacidad disminuida. A medida que la enfermedad avanza, pueden aparecer los siguientes signos de problemas hepáticos en los perros:

Otro efecto secundario de la enfermedad hepática que no podrá ver pero que su veterinario puede diagnosticar es el agrandamiento del hígado. El agrandamiento del hígado puede desarrollarse debido a una serie de condiciones de las cuales la enfermedad hepática es sólo una. El pronóstico de su perro con un hígado agrandado varía y simplemente se puede tratar y curar a través de la dieta y los suplementos. Para otros perros, puede resultar eventualmente en la muerte. Algunas otras causas pueden ser la anemia, los quistes y tumores, la hepatitis, la enfermedad de Cushing y la enfermedad del gusano del corazón. Usted debe discutir con su veterinario cualquier signo de un hígado agrandado que puede ser:

Infección del hígado del perro

La cirrosis se produce con mayor frecuencia cuando ha habido una inflamación del hígado no detectada (normalmente durante meses o años) que ha causado la cicatrización del hígado. Dado que el hígado tiene una mínima sensación de dolor, es muy común que la inflamación pase desapercibida hasta que aparecen los signos de insuficiencia hepática (abdomen hinchado, letargo profundo, debilidad, confusión, anorexia), ictericia. En esta fase, el hígado está cirrótico: en lugar de ser un filtro esponjoso de la sangre, es un grueso trozo de tejido cicatricial correoso.

Cuando se produce la cirrosis, los vasos sanguíneos abdominales que atraviesan el hígado se obstruyen y comienzan a perder líquido, lo que provoca una oleada de líquido en el abdomen. Esta acumulación de líquido se produce también en los vasos intestinales, lo que provoca falta de apetito, náuseas y babeo, y a veces vómitos o diarrea. Además, debido a la función desintoxicante del hígado, algunos pacientes se vuelven mentalmente anormales y pueden tener convulsiones.

Los pacientes con sospecha de cirrosis requieren análisis de sangre y orina, así como radiografías (rayos X) y ecografías. Dado que la insuficiencia cardíaca puede provocar la acumulación de líquido abdominal, se recomienda realizar radiografías de la cavidad torácica para evaluar el tamaño y la estructura del corazón y buscar cualquier indicio de enfermedad pulmonar. Las radiografías abdominales no suelen ser útiles cuando hay líquido abdominal; el líquido oscurece la visión de muchos órganos. La ecografía es mucho más útil para establecer una causa de derrame abdominal y un radiólogo veterinario experimentado puede proporcionar mucha información sobre el tamaño del hígado y los vasos sanguíneos asociados.

Hígado y bazo agrandados en el perro

La inflamación del hígado puede ser idiopática, lo que significa que ocurre “sin razón conocida”. En algunos casos, se produce debido a una infección o a una enfermedad o afección subyacente. Es imprescindible tratar la inflamación lo antes posible, diagnosticando con éxito cualquier causa subyacente con la experiencia de un veterinario local. Al igual que en los seres humanos, el hígado es un órgano imprescindible que realiza varias funciones corporales básicas. Obtenga el plan de seguro perfecto para su cachorro.Comparar planesInflamación del hígado Coste medioDe 38 presupuestos que oscilan entre 1.000 y 10.000 dólaresCoste medio3.000 dólaresProtéjase y proteja a su mascota. Compara los mejores planes de seguros para mascotas.Síntomas de la inflamación del hígado en perrosLos síntomas más comunes (aunque no exhaustivos) son:

Los perros dependen en gran medida de su hígado. Es el segundo órgano más grande de su cuerpo después de la piel (1,3-5,0% del peso corporal) y su mal funcionamiento provoca muchas muertes caninas. Hay dos tipos de inflamación del hígado en los perros.

¿Pueden los antibióticos provocar un aumento de las enzimas hepáticas en los perros?

El hígado es un órgano importante con muchas funciones, como la digestión y conversión de nutrientes, la eliminación de sustancias tóxicas de la sangre y el almacenamiento de vitaminas y minerales. Debido a que el hígado trabaja para eliminar tantas sustancias diferentes del cuerpo, es susceptible de sufrir daños de muchas fuentes diferentes. Un hígado que funciona de forma anormal tiene efectos rápidos y generalizados. Las enfermedades hepáticas provocan una inflamación, conocida como hepatitis. Si no se trata, puede provocar la pérdida de la función, ya que las células hepáticas sanas son sustituidas por tejido cicatricial. Las enfermedades de otras partes del cuerpo también pueden afectar a la función del hígado.

En la mayoría de los casos, el diagnóstico precoz de la enfermedad hepática permite tratarla eficazmente y limitar su progresión. Muchos perros siguen viviendo felizmente, años después de su diagnóstico. Los análisis de sangre regulares, una nutrición adecuada y algunos medicamentos/suplementos diseñados para ayudar al hígado son la clave para controlar el trastorno hepático de su perro.

Raza: Ciertas razas de perros, como el Dobermann, el West Highland White Terrier, el Labrador Retriever, el Skye Terrier, el Cocker Spaniel Americano, el Cocker Spaniel Inglés, el Caniche Estándar y el Bedlington Terrier están predispuestos a padecer enfermedades hepáticas.