Esteatorrea

¿Sufre de dolor o calambres gastrointestinales crónicos? ¿Tiene diarrea frecuente, estreñimiento, urgencia por ir al baño o todo lo anterior? Es posible que padezca el síndrome del intestino irritable (SII), un trastorno que afecta hasta al 15% de los estadounidenses y que suele ser más frecuente en las mujeres que en los hombres.

Es posible que evite ir a lugares donde los baños no son fácilmente accesibles. Puede verse obligado a cancelar planes o rechazar invitaciones debido a la aparición repentina de los síntomas. Y es posible que se abstenga de consumir los alimentos y bebidas que le gustan para evitar que sus problemas intestinales crónicos empeoren.

Muchas personas retrasan la búsqueda de atención médica por vergüenza, por suponer que todo está en su cabeza o por la esperanza de que sus problemas se resuelvan con el tiempo. Entonces, ¿cómo saber cuándo es el momento de llamar a su proveedor? Reconozca los síntomas del síndrome del intestino irritable, y sí, observe detenidamente sus deposiciones.

Como se ha indicado anteriormente, tus movimientos intestinales pueden ayudar a determinar qué tipo de SII podrías tener. La tabla de heces de Bristol puede ser un recurso útil para calibrar si la forma y la textura de tus cacas se consideran normales.

Heces grasas

Aunque encontrar moco en las heces puede ser alarmante, una pequeña cantidad de moco es normal. Sin embargo, aunque es algo que el cuerpo humano produce de forma natural, cuando se encuentra un exceso de moco en las heces, puede indicar una condición de salud o enfermedad subyacente.

Esta sustancia viscosa recubre el revestimiento de los intestinos y el colon, sirviendo de lubricación contra la irritación intestinal y los ácidos del estómago. La función del moco en el sistema digestivo es ayudar a los alimentos a pasar por el esófago, a los estómagos y luego a los intestinos.

Entonces, ¿qué es una mucosidad normal frente a una anormal en las heces? La mucosidad anormal es cuando hay una gran cantidad de mucosidad, hay un cambio de color -incluyendo sangre o pus en las heces- o va acompañada de diarrea.

Este exceso de mucosidad también puede ir acompañado de otras molestias, como fiebre, hinchazón, calambres abdominales, sangrado rectal y aumento o disminución de las deposiciones. Estos síntomas pueden ser indicativos de una afección más específica, como se indica a continuación.

Síndrome del intestino irritable

Una cierta cantidad de mucosidad en las heces se considera normal, ya que la mucosidad se produce de forma natural en el cuerpo para mantener los intestinos lubricados y ayudar a que los intestinos se muevan más fácilmente. En ocasiones, una persona que sufre estreñimiento o hemorroides puede notar más mucosidad de lo habitual. Sin embargo, cuando va acompañada de sangre, diarrea u otros síntomas, puede estar causada por afecciones digestivas graves, como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn o una infección, como la disentería. La mucosidad en las heces también puede estar causada por el síndrome del intestino irritable (SII) o por una úlcera de estómago que se ha infectado.

A veces, las personas descubren la presencia de mucosidad en las heces como resultado del estreñimiento o de las hemorroides. Esto se debe a que ambas afecciones suelen ir acompañadas de un esfuerzo al defecar. El esfuerzo suele provocar la expulsión del revestimiento intestinal, que incluye mucosidad. A veces, también puede observarse una pequeña cantidad de sangre, que suele ser el resultado de un daño en el tejido anal causado por las heces endurecidas que pasan por el recto.

Mucus stool deutsch

Se cree que la enfermedad de Crohn está causada por una respuesta inmunitaria hiperactiva que provoca una inflamación en el sistema digestivo. Cuando esta inflamación se desarrolla, la persona afectada suele experimentar síntomas debilitantes, que pueden incluir obstrucciones intestinales, náuseas, diarrea crónica y dolor abdominal.

Lo más habitual es que la inflamación del aparato digestivo que se produce en la enfermedad de Crohn afecte a secciones del íleon terminal -el segmento final del intestino delgado- y/o del colon -el intestino grueso-, pero puede afectar a cualquiera de los órganos gastrointestinales.

Se manifiesta en forma de dolor y calambres abdominales y suele producirse una o dos horas después de comer, pero puede ocurrir en cualquier momento. Las personas que padecen la enfermedad de Crohn suelen evitar comer o comer menos para evitar las molestias digestivas, lo que puede provocar una pérdida de peso. Las molestias digestivas suelen ser peores cuando la persona sufre un brote de la enfermedad[3].

Este es uno de los principales síntomas de la enfermedad de Crohn y se produce cuando el intestino no puede absorber todo el líquido necesario de los alimentos durante el proceso digestivo. A menudo, esto crea una sensación de urgencia y de necesidad de ir al baño[4].