Por qué las ostras hacen perlas

Aunque se valoran como “piedras preciosas”, las perlas/moti no son ni gemas ni piedras. Son de origen animal y sólo pueden producirse en las ostras perlíferas, moluscos vivos con concha que parecen un par de platillos.

La perla no forma parte del cuerpo de ninguna ostra por nacimiento. Es un crecimiento que se forma dentro de su cuerpo debido a su reacción a una partícula irritante externa, como un grano de arena, que podría haber entrado en ella a través del hueco entre el par de conchas.

Dicha partícula causa la misma irritación y estrés a la ostra que la suciedad en nuestros ojos. Su reacción es idéntica a la nuestra: al igual que nuestros ojos entran en un frenesí de parpadeos y de batidos furiosos de los párpados e intentan eliminar la partícula con lágrimas, la ostra reacciona a la partícula segregando capa tras capa de una sustancia llamada nácar sobre la partícula para protegerse de ella, pero sin éxito.

En nuestro caso la irritación es temporal, para las ostras es interminable. Día tras día, año tras año, la irritación progresa hacia el trauma, el dolor y el sufrimiento, mientras las capas de nácar siguen cubriendo la partícula y formando una perla.

Bivalvo de agua dulce

¿Alguna vez se ha preguntado cómo se forma una perla y cuál es la diferencia entre una perla natural y una perla cultivada? Si lo ha hecho, no está solo. Siga leyendo para conocer el maravilloso mundo de las perlas.

Una perla comienza cuando una materia extraña, en forma de un pequeño parásito u otro material orgánico, entra en el molusco durante la respiración o la alimentación. Si la materia queda atrapada entre los pliegues de la membrana protectora llamada manto, esto irrita al molusco.

Esto sería similar en comparación a que a nosotros nos entrara arenilla en el ojo. Mientras que nosotros correríamos al espejo más cercano o rogaríamos a un amigo que nos ayudara a eliminar el irritante, si no podemos expulsar el agravante de forma natural, el molusco forma un saco alrededor de la perla para aislarla. El nácar, también conocido como madreperla y pronunciado nay-kah, es una combinación de una proteína llamada conquiolina y un mineral de carbonato de calcio llamado aragonito. Juntos forman la dura capa iridiscente de la concha interior del molusco. El aragonito apoyado en la conquiolina se deposita sobre el irritante produciendo capa tras capa de nácar para producir una perla. Cuantas más capas de nácar se depositen, mayor será la perla.

Ostra

Existen básicamente tres tipos de perlas: naturales, cultivadas y de imitación. Una perla natural (a menudo llamada perla oriental) se forma cuando un irritante se abre paso en una especie concreta de ostra, mejillón o almeja. Como mecanismo de defensa, el molusco segrega un líquido que recubre el irritante. Capa tras capa de este recubrimiento se deposita sobre el irritante hasta que se forma una perla brillante.

Una perla cultivada se somete al mismo proceso. La única diferencia es que el irritante es una cuenta o un trozo de concha implantado quirúrgicamente, llamado madreperla. A menudo, estas conchas son conchas de ostras molidas que valen importantes cantidades de dinero por sí mismas como irritantes-catalizadores para las perlas de calidad. El núcleo resultante es, por tanto, mucho mayor que en una perla natural. Sin embargo, mientras haya suficientes capas de nácar (el líquido segregado que cubre el irritante) para dar lugar a una perla hermosa y de calidad gema, el tamaño del núcleo no tiene importancia para la belleza o la durabilidad.

Las perlas pueden proceder de fuentes de agua salada o dulce. Por lo general, las perlas de agua salada tienden a ser de mayor calidad, aunque hay varios tipos de perlas de agua dulce que también se consideran de alta calidad. Las perlas de agua dulce tienden a tener una forma muy irregular, siendo el aspecto de arroz inflado el más frecuente. No obstante, son los méritos de cada perla los que determinan su valor, más que el origen de la misma.

Perla

Las perlas que puede llevar en pendientes y collares son el resultado de un irritante bajo la cáscara de un organismo vivo. Las perlas las forman los moluscos de agua salada o dulce, un grupo diverso de animales que incluye ostras, mejillones, almejas, caracolas y gasterópodos.

Las perlas se forman cuando un irritante, como un trozo de comida, un grano de arena, bacterias o incluso un trozo del manto del molusco, queda atrapado en él. Para protegerse, el molusco segrega las sustancias aragonito (un mineral) y conquiolina (una proteína), que son las mismas que segrega para formar su concha. El compuesto de estas dos sustancias se llama nácar. Las capas se depositan alrededor del irritante y crece con el tiempo, formando la perla.

Dependiendo de cómo esté dispuesto el aragonito, la perla puede tener un alto brillo (nácar o madreperla) o una superficie más parecida a la porcelana que no tiene ese brillo. En el caso de las perlas de bajo brillo, las láminas de cristales de aragonito son perpendiculares o están en ángulo con la superficie de la perla. En el caso de las perlas nacaradas iridiscentes, las capas de cristales están superpuestas.