Legislacion sobre perros sueltos
Leyes sobre perros por estados
No puedes ayudar a un animal si te lesionas en el proceso. Mire por el espejo retrovisor antes de frenar, encienda el intermitente, saque el coche completamente de la carretera, apague el motor, ponga el freno de mano y encienda las luces de emergencia. Si tienes bengalas de emergencia, prepárate para usarlas.
Un animal extraño, asustado y posiblemente enfermo o herido puede comportarse de forma imprevisible. Un movimiento repentino por su parte, incluso abrir la puerta del coche, puede asustarlos y hacer que salgan disparados, incluso hacia la carretera. Si el animal parece o actúa de forma amenazante, o si te sientes incómodo por la situación, quédate en el coche.
Si es posible, sujete al animal. Crea una barrera o utiliza un transportín, una correa, un trozo de tela o un trozo de cuerda para mantener al animal en la zona. Indique a los vehículos que se acercan que reduzcan la velocidad si no puede confinar al animal, o desvíe el tráfico a su alrededor si parece estar herido y sigue en la calzada.
Cuando se acerque al animal, hable con calma para tranquilizarlo. Asegúrate de que te vea en todo momento mientras te acercas, y quizás lo atraigas hacia ti ofreciéndole un alimento que huela fuerte, como atún en lata o hígado seco.
Leyes sobre correas para perros por estados
La capacidad de regular los perros se deriva del «poder policial» de que goza un estado para promulgar leyes para la protección de sus ciudadanos. Esta autoridad permite a los estados promulgar leyes relacionadas con la salud y el bienestar general de sus ciudadanos. Esta autoridad se otorga directamente a los municipios locales (ciudades, pueblos y condados) o de forma implícita (el estado establece en sus leyes que el poder de una ciudad para regular no está restringido). En cualquier caso, la facultad de regular los animales domésticos como los perros suele ser ilimitada.
Una de las principales limitaciones a la regulación de los perros por parte de una administración local es la ley estatal. Este concepto, conocido como «preemption», establece que una ley superior (estatal o federal) se impone, o triunfa, sobre la ley local que trata el mismo tema. A veces, las leyes pueden regular simultáneamente un tema, o ambas leyes pueden regular el mismo tema sin ningún conflicto. Sin embargo, el problema surge cuando una unidad local intenta regular algún aspecto que la ley estatal ha dicho que es sólo un asunto estatal. Un tribunal invalidará entonces la ley local porque intenta regular un ámbito exclusivamente estatal. En el caso de los perros, esto ocurre con mayor frecuencia cuando un gobierno local legisla en una materia que está muy regulada, como los procedimientos relativos a los perros peligrosos o las medidas sanitarias relativas a los perros rabiosos. Los estados conceden una gran deferencia, o respeto, a las leyes inferiores porque las leyes locales son importantes para tratar cuestiones particulares de un municipio. Sería difícil para un estado tratar de regular todos los diferentes municipios con las diversas cuestiones a las que se enfrenta cada uno.
Ley de perros peligrosos 1991libro
Capítulo 16.08 RCWDOGSSecciones 16.08.010Responsabilidad por daños causados por perros al ganado. 16.08.020Los perros que hieran al ganado pueden ser sacrificados. 16.08.040Mordeduras de perros – Responsabilidad. 16.08.050Entrada en propiedad privada, cuando sea legal. 16.08.060Provocación como defensa. 16.08.070Perros peligrosos y definiciones relacionadas. 16.08.080Perros peligrosos-Notificación a los propietarios-Derecho de apelación-Requisito de certificado de registro-Fianza de seguridad-Seguro de responsabilidad-Restricciones. 16.08.090Perros peligrosos-Requisitos de sujeción-Perros potencialmente peligrosos-Perros no declarados peligrosos. 16.08.100Perros peligrosos-Confiscación-Condiciones-Deberes de la autoridad de control de animales-Penalidades y defensas afirmativas para los dueños de perros que atacan. 16.08.110Reglamentos basados en la raza.
Leyes sobre perros en california
La Ley de 2010 no altera la posición legislativa actual con respecto a los perros vagabundos o abandonados. Cuando un perro se encuentre sin compañía en un lugar público, el perro seguirá siendo tratado como vagabundo en virtud del artículo 3 de la Ley de Perros de 1906 o de los artículos 149 o 150 de la Ley de Protección del Medio Ambiente de 1990.
Si el tribunal concede la orden, se incluirán en ella las medidas que el tribunal considere necesarias para que la persona que tiene el animal ponga fin a las molestias. Esta disposición se utiliza en ocasiones en casos en los que un perro ladra excesivamente para molestar a los vecinos. El incumplimiento de una orden de este tipo por parte de la persona encargada del animal es un delito y puede ser multada con hasta 1000 libras.
La Ley de Perros Peligrosos de 1991 tipifica como delito que cualquier persona a cargo de cualquier tipo de perro permita que esté «peligrosamente fuera de control» en un lugar público, o en un lugar privado. Una persona declarada culpable de un delito puede enfrentarse a una pena de prisión de hasta 2 años y/o a una multa ilimitada. Los tribunales también pueden inhabilitar al infractor para tener la custodia de un perro durante el periodo que consideren oportuno.