Ejemplos de bacterias buenas en el cuerpo humano

Las bacterias están en todas partes, incluso en todo el cuerpo. Las bacterias de nuestro cuerpo pesan tanto como nuestro cerebro: ¡3 libras! Las bacterias pueden ser perjudiciales, pero algunas especies de bacterias son necesarias para mantenernos sanos. Las bacterias de nuestra piel, de nuestras vías respiratorias y de nuestro sistema digestivo son la primera línea de defensa contra los “invasores” extraños (patógenos) que pueden causar infecciones y otros problemas.

Las bacterias también actúan como “diapasones” para el sistema inmunitario de nuestro cuerpo, asegurándose de que esté bien afinado. El sistema inmunitario no debe ser ni demasiado sensible ni demasiado lento: debe responder rápidamente a una infección, pero no debe reaccionar de forma exagerada. (Si reacciona en exceso y ataca al propio organismo, el resultado es una enfermedad autoinmune, como la artritis reumatoide, el lupus o la esclerosis múltiple). Cada persona tiene una colección personalizada de bacterias, llamada microbioma[1]. Adquirimos nuestras primeras bacterias al nacer, y cada día nuestro entorno nos expone a más. Algunas de estas bacterias se instalan en el interior del cuerpo y ayudan a desarrollar un sistema inmunitario robusto.

Qué son las bacterias malas

Las bacterias beneficiosas aparecen de forma natural en los lagos y estanques, y son los microbios responsables de procesar la materia orgánica muerta. Hay muchos tipos diferentes de bacterias, que actúan de distintas maneras para descomponer los compuestos orgánicos. Las bacterias aeróbicas utilizan el oxígeno y descomponen rápidamente los compuestos orgánicos. Las bacterias anaerobias son capaces de trabajar sin oxígeno, pero lo hacen mucho más lentamente. Ambos tipos de bacterias producen enzimas que les permiten descomponer los compuestos orgánicos y llevarlos a sus células como nutrientes. Muchas bacterias también realizan la desnitrificación, transformando el nitrato en nitrógeno gaseoso y eliminándolo del sistema del estanque. También pueden convertir el fósforo soluble de la columna de agua en fosfato de calcio y fosfato de hierro de calcio, que son minerales insolubles que no están disponibles para la mayoría de los tipos de algas del estanque.

Dado que las bacterias convierten los nutrientes en formas no disponibles, pueden ser beneficiosas para reducir las molestas floraciones de algas en lagos y estanques. En el agua dulce, el fósforo suele ser el nutriente que limita el crecimiento de las algas. La relación entre el nitrógeno y el fósforo determina los tipos de algas que crecerán y prosperarán en un estanque. En situaciones en las que hay un exceso de fósforo, las especies molestas de algas filamentosas y verdeazuladas (cianobacterias) dominarán la masa de agua en lugar de las beneficiosas algas verdes planctónicas que forman la base de la red alimentaria. Las propias bacterias también pueden contribuir a la red alimentaria, convirtiéndose en una fuente de alimento para el zooplancton y el bentos, que a su vez se convierten en alimento para los peces y otros o

10 bacterias útiles para el ser humano

Un ser humano adulto está colonizado por muchos cientos de especies bacterianas, y la biomasa microbiana total en un adulto medio es de aproximadamente 0,2 kg. Las bacterias y otros microorganismos del cuerpo constituyen la microbiota humana. La mayoría se localiza en el tracto gastrointestinal, pero todas las superficies en contacto con el medio ambiente están colonizadas, es decir, la piel, el tracto respiratorio superior y el tracto genital. La microbiota coexiste con el huésped humano y tiene muchas funciones importantes, como se describe en este vídeo.

Las bacterias de nuestro cuerpo ayudan a degradar los alimentos que ingerimos, contribuyen a poner a nuestra disposición los nutrientes y neutralizan las toxinas, por citar algunos ejemplos. Además, la microbiota desempeña un papel esencial en la defensa contra las infecciones al proteger las superficies colonizadas de los patógenos invasores.

En los últimos años se han incrementado los estudios sobre los microbios del cuerpo y sus genomas (ADN). Cada vez es más evidente que estos microbios son importantes para la salud humana, pero también para las enfermedades.  La enfermedad inflamatoria intestinal, las úlceras gástricas, el cáncer de colon y la obesidad son ejemplos de afecciones en las que se ha indicado que la composición de la microbiota desempeña un papel.

Ejemplos de bacterias malas

Vivimos con y rodeados de microbios (también llamados microorganismos), aunque no podamos verlos con nuestros ojos. Los microbios son los organismos vivos más pequeños que se conocen. Están en todas partes: en la tierra, los ríos, las plantas, los animales, el agua del grifo, en el teclado, en la almohada y en el cuerpo. Algunos microorganismos viven con nosotros y dentro de nuestro cuerpo. Las bacterias representan la mayor parte de los microorganismos que viven en el cuerpo. ¿Sabías que tienes más bacterias en tu cuerpo que células humanas? ¿Tienes idea de por qué estas bacterias viven en tu cuerpo? Llevamos a estos vecinos con nosotros todos los días y normalmente no nos hacen enfermar. ¿Son amistosas? ¿O pueden enfermarnos? ¿Cómo entran? ¿Cuál es su función en el organismo?

Las bacterias son diminutos microorganismos vivos que son demasiado pequeños para ser vistos a simple vista. Son 1.000 veces más pequeñas que la punta de un lápiz. Tenemos que utilizar un instrumento llamado microscopio, que hace que la imagen de las bacterias sea lo suficientemente grande como para ser vista. Hay muchos tipos diferentes de bacterias con formas y tamaños diversos. Algunas parecen un bate de béisbol, otras son redondas como una pelota de baloncesto (pero millones de veces más pequeñas) (Figura 1).