Caballito de mar enano

Los caballitos de mar (Hippocampus spp.) son peces emblemáticos sometidos a una sobreexplotación en la naturaleza debido a su uso en diversas actividades humanas, a la pérdida de hábitat y al comercio de acuarios y curiosidades, lo que compromete su conservación (Vincent, 1996; Foster y Vincent, 2004; Martin-Smith et al., 2004; Vincent et al., 2011). En los últimos años, la preocupación por cómo reducir la explotación de las poblaciones silvestres ha ido aumentando en paralelo a los crecientes esfuerzos por proporcionar herramientas fiables para su cría en instalaciones ex situ (Koldewey y Martin-Smith, 2010; Olivotto et al., 2011b; Cohen et al., 2016). La cría en cautividad puede sustituir parcialmente la captura de caballitos de mar salvajes y reducir la presión sobre las poblaciones naturales.

Hay más de treinta especies de caballitos de mar, pero solo unas pocas se crían actualmente con cierto éxito en cautividad. El pez tropical Hippocampus reidi Ginsburg, 1933, es una de las especies de caballitos de mar más demandadas para el comercio de acuarios marinos y una de las más prometedoras para el cultivo industrial. La distribución geográfica de la especie abarca desde Florida hasta Río de Janeiro (Brasil) y el Golfo de México (Kuiter, 2013). Los adultos miden hasta 26 cm de longitud de onda y habitan en aguas poco profundas (15-55 m) (Rosa et al., 2002).

Depredadores del caballito de mar

La reproducción (o procreación) es el proceso biológico por el que se producen nuevas “crías” (organismos individuales) a partir de sus “padres”. “Es una característica fundamental de toda la vida conocida que cada organismo individual existe como resultado de la reproducción. Lo más importante es que la reproducción es necesaria para la supervivencia de una especie. Los métodos conocidos de reproducción se agrupan a grandes rasgos en dos tipos principales: sexual y asexual.

En la reproducción asexual, un individuo puede reproducirse sin necesidad de involucrarse con otro individuo de esa especie. La división de una célula bacteriana en dos células hijas es un ejemplo de reproducción asexual. Este tipo de reproducción produce organismos genéticamente idénticos (clones), mientras que en la reproducción sexual, el material genético de dos individuos se combina para producir una descendencia que es genéticamente diferente de sus padres.

Vídeo de la reproducción del caballito de mar

Una parte ausente o disfuncional del sistema inmunitario de los vertebrados podría explicar por qué los caballitos de mar y los peces pipa macho pueden quedarse embarazados, y podría inspirar nuevos tratamientos para las enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario en los seres humanos y otros animales.

Olivia Roth, del Centro GEOMAR Helmholtz de Investigación Oceánica de Kiel (Alemania), quería entender cómo los caballitos de mar y sus parientes -miembros de la familia de peces Syngnathidae- se convirtieron en los únicos animales del mundo conocidos por haber desarrollado un embarazo biológico masculino. Así que ella y sus colegas secuenciaron …

Datos del caballito de mar

Los caballitos de mar pertenecen a la familia de los peces pipa. Además de su aspecto icónico, los caballitos de mar poseen muchos atributos interesantes. Entre ellos se encuentran unas estructuras especializadas en las células de su piel, llamadas cromatóforos, que permiten a los caballitos de mar, en su mayoría sésiles, cambiar de color para imitar su entorno. Los hipocampos se camuflan bien al aferrarse a los tallos de las hierbas marinas en sus hábitats poco profundos, por lo que pueden ser difíciles de ver.

Tras completar una elaborada danza de cortejo que puede durar horas o días, la hembra transfiere sus huevos maduros a la bolsa de cría del macho, donde son fecundados. Al final del periodo de gestación, que suele durar de dos a cuatro semanas, la zona abdominal del macho preñado comienza a ondularse rítmicamente y las fuertes contracciones musculares expulsan al agua circundante desde unas pocas docenas hasta 1.000 crías de caballito de mar completamente formadas. Después, las crías deben valerse por sí mismas. Las camadas grandes son necesarias porque sólo un 0,5% sobreviven hasta la edad adulta.