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(Verso, montaje) inscrito a lápiz, en el centro superior, por Weston: “A José Clemente Orozco / Creo que en este retrato / he grabado algo en ti / que he sentido profundamente- / Edward, Carmel – Julio 1930 “Departamento:FotografíasClasificación:FotografíasTipo de objeto:Grabado

ExposicionesExhibicionesEdward Weston: The Home Spirit and Beyond (25 de noviembre de 1986 a 1 de febrero de 1987) Tina Modotti y Edward Weston: Los años de México (del 29 de abril al 1 de agosto de 2004) Edward Weston: Enduring Vision (del 31 de julio al 25 de noviembre de 2007) Another Promised Land: El México de Anita Brenner (del 14 de septiembre de 2017 al 25 de febrero de 2018)

josé clemente orozco en los estados unidos

José Clemente Orozco nació en 1883 en Zapotlán el Grande (actual Ciudad Guzmán), Jalisco, hijo de Rosa de Flores Orozco. Se casó con Margarita Valladares y tuvo tres hijos. A los 21 años, Orozco perdió la mano izquierda mientras trabajaba con pólvora para hacer fuegos artificiales.

El ilustrador satírico José Guadalupe Posada, cuyos grabados sobre la cultura y la política mexicanas desafiaron a los mexicanos a pensar de forma diferente sobre el México posrevolucionario, trabajaba a la vista del público en los escaparates de las tiendas situadas en el camino de Orozco a la escuela. En su autobiografía, Orozco confiesa: “Me detenía [en el camino de ida y vuelta a la escuela] y pasaba unos minutos encantado observando [a Posada]… Este fue el empujón que puso en marcha mi imaginación y me impulsó a cubrir el papel con mis primeras figuritas; este fue mi despertar a la existencia del arte de la pintura” (Orozco, 1962). Continúa diciendo que ver el grabado decorado de Posada le dio su introducción al uso del color. Después de asistir a la escuela de Agricultura y Arquitectura, Orozco estudió arte en la Academia de San Carlos. Trabajó como ilustrador para periódicos de la Ciudad de México y directamente como ilustrador para uno de los ejércitos constitucionalistas supervisados por el “Primer Jefe” Venustiano Carranza. Cuando las facciones revolucionarias se dividieron en 1914 tras el derrocamiento de Victoriano Huerta, Orozco apoyó a Carranza y al general Álvaro Obregón contra Pancho Villa y Emiliano Zapata.

muerte al invasor

“La pintura en su forma superior y la pintura como arte popular menor difieren esencialmente en esto: la primera tiene tradiciones universales invariables de las que nadie puede separarse la segunda tiene tradiciones puramente locales”. [En contraposición a la opinión de Rivera y Siqueiros]”. 2 de 10

“En toda pintura, como en cualquier otra obra de arte, hay siempre una idea, nunca una historia. La idea es el punto de partida, la causa primera de la construcción plástica, y está presente todo el tiempo como materia creadora de energía.” 7 de 10

“José Clemente Orozco, junto con el grabador popular, José Guadalupe Posada, es el más grande artista, cuya obra expresa genuinamente el carácter y el espíritu del pueblo de la Ciudad de México. Profundamente sensual, cruel, moralista y rencoroso como buen descendiente de españoles, tiene la fuerza y la mentalidad de un servidor del Santo Oficio en toda su obra se siente la presencia simultánea del amor, del dolor y de la muerte.” 8 de 10

“[Sobre su vida] “No hay nada de especial interés en ella, ni hazañas famosas ni hechos heroicos, ni sucesos extraordinarios o milagrosos. Sólo el esfuerzo ininterrumpido y tremendo de un pintor mexicano por aprender su oficio y encontrar oportunidades para ejercerlo.” 10 de 10

nuestra imagen actual

José Clemente Orozco nació en 1883 en Zapotlán el Grande (hoy Ciudad Guzmán), Jalisco, hijo de Rosa de Flores Orozco. Se casó con Margarita Valladares y tuvo tres hijos. A los 21 años, Orozco perdió la mano izquierda mientras trabajaba con pólvora para hacer fuegos artificiales[4][5].

El ilustrador satírico José Guadalupe Posada, cuyos grabados sobre la cultura y la política mexicanas desafiaron a los mexicanos a pensar de forma diferente sobre el México posrevolucionario, trabajaba a la vista del público en escaparates situados en el camino que Orozco recorría para ir a la escuela. En su autobiografía, Orozco confiesa: “Me detenía [en el camino de ida y vuelta a la escuela] y pasaba unos minutos encantado observando [a Posada]… Este fue el empujón que puso en marcha mi imaginación y me impulsó a cubrir el papel con mis primeras figuritas; este fue mi despertar a la existencia del arte de la pintura.” Continúa diciendo que viendo el grabado decorado de Posada se introdujo en el uso del color. Después de asistir a la escuela de Agricultura y Arquitectura, Orozco estudió arte en la Academia de San Carlos. Trabajó como ilustrador para los periódicos de la Ciudad de México, y directamente como ilustrador para uno de los ejércitos constitucionalistas supervisados por el “Primer Jefe” Venustiano Carranza. Cuando las facciones revolucionarias se dividieron en 1914 tras el derrocamiento de Victoriano Huerta, Orozco apoyó a Carranza y al general Álvaro Obregón contra Pancho Villa y Emiliano Zapata[6] La violencia de la que fue testigo afectó profundamente su vida y su arte. “El mundo se desgarró a nuestro alrededor”, escribió en su autobiografía. “Pasaban convoyes de tropas camino de la matanza. Los trenes volaban por los aires”[7].