Dónde nació santa úrsula

Estuve en Nápoles el pasado mes de mayo y me quedé con ganas de ver varios cuadros de Caravaggio, entre ellos “El martirio de Santa Úrsula”, pero ese cuadro estaba en Nueva York, habiendo sido intercambiado temporalmente con “Los músicos” del Museo Metropolitano. Hace unas semanas conseguí ir al centro para ver “El martirio”, justo a tiempo, antes de que fuera devuelto a Nápoles. Estaba colgado, simulando ser un cuadro normal, en las galerías barrocas.

Ahora desearía haber vuelto a verlo muchas más veces y haber podido mantener conversaciones con amigos delante de este cuadro. Ellos, al igual que usted, estoy seguro, se darían cuenta de aspectos del cuadro que yo he pasado por alto.

En la exposición “La era de Caravaggio”, celebrada en el Metropolitan Museum en 1985, aprendí que era importante fijarse en los detalles de los cuadros de Caravaggio. Mirando su “Baco”, me fijé en los círculos concéntricos de la superficie del líquido en el vaso que me ofrecieron. El muchacho que interpreta a Baco estaba nervioso, su mano temblaba al extender el vino. Entonces me di cuenta de que, a su derecha, acababa de dejar la jarra de la que servía el vino. El vino seguía chapoteando de un lado a otro, sin estar aún en reposo. Al examinar las burbujas en la superficie del vino, me quedé asombrado al ver lo que me pareció un reflejo de Caravaggio mientras estaba en su caballete trabajando en el cuadro. Pensé que debía haber imaginado lo que veía. Un guardia, al ver que me acercaba cada vez más al cuadro y miraba esa zona desde distintos ángulos, se acercó y me preguntó qué pasaba. Él también vio la imagen. Los dos nos emocionamos mucho y se lo contamos a los demás en la sala, pensando que podríamos ser los primeros en haber hecho este descubrimiento. Hizo que un colega llamara a las oficinas de los conservadores para comunicarles lo que habíamos visto. Sí, la respuesta fue que el autorretrato se había descubierto al limpiar el cuadro recientemente.

Retrato de arnolfini

Este, otro de los cuadros recientemente redescubiertos de Caravaggio, data de sus últimas semanas en Nápoles, antes del desafortunado viaje por mar de vuelta a Roma y del perdón que le esperaba. Santa Úrsula era una popular santa cristiana, recordada por su legendaria negativa a casarse con un huno pagano. Caravaggio ha escogido el momento culminante de su martirio, cuando su frustrado pretendiente acaba de lanzarle una flecha, aquí a bocajarro, que le atraviesa el pecho.

En la escena, poco iluminada, la santa mira la flecha con un aire de tranquila preocupación, mientras que el huno la mira fijamente, con los ojos sombreados en la oscuridad, un asistente que se mira la mano y otro, que debe ser el modelo del propio Caravaggio, que se asoma desde el fondo, ansioso por observar el proceso. Es la última vez que Caravaggio se ve a sí mismo como espectador angustiado, pero en términos pictóricos el cuadro parece presagiar lo que podría haber sido una nueva etapa en su carrera, ya que el huno está pintado con una nueva audacia en la pincelada. El barniz estaba todavía húmedo en mayo. A principios de julio, Caravaggio había muerto.

Guernica

Santa Úrsula (que en latín significa “pequeña osa”) es una legendaria santa cristiana romano-británica que murió el 21 de octubre de 383. Su fiesta, según el calendario romano general anterior a 1970, es el 21 de octubre. Hay poca información definitiva sobre ella y el grupo anónimo de santas vírgenes que la acompañaban y que en alguna fecha incierta fueron asesinadas en Colonia[2]. Permanecen en el Martirologio Romano[3], aunque su conmemoración no aparece en el simplificado Calendarium Romanum Generale (Calendario Romano General) del Missale Romanum de 1970[4].

La primera evidencia de un culto a las vírgenes martirizadas en Colonia es una inscripción del año 400 en la iglesia de Santa Úrsula, situada en la plaza Ursulaplatz de Colonia, que afirma que la antigua basílica había sido restaurada en el lugar donde fueron asesinadas algunas vírgenes santas. La fuente más antigua que nombra a una de estas vírgenes como Úrsula es del siglo X[5].

Su estatus de leyenda proviene de una historia medieval[6] según la cual era una princesa que, a petición de su padre, el rey Dionoto de Dumnonia, en el suroeste de Gran Bretaña, se embarcó con 11.000 vírgenes para reunirse con su futuro marido, el gobernador pagano Conan Meriadoc de Armórica. Después de que una milagrosa tormenta les hiciera cruzar el mar en un solo día hasta un puerto galo, Úrsula declaró que antes de su matrimonio emprendería una peregrinación paneuropea. Se dirigió a Roma con sus seguidores y convenció al Papa Ciríaco (desconocido en los registros pontificios, aunque desde finales del 384 d.C. había un Papa Siricio) y a Sulpicio, obispo de Rávena, para que se unieran a ellos. Tras partir hacia Colonia, que estaba siendo asediada por los hunos, todas las vírgenes fueron decapitadas en una masacre. El líder de los hunos disparó fatalmente a Úrsula con una flecha en torno al año 383 d.C. (la fecha varía).

La decapitación de san juan…

En este episodio, volvemos al reino de las leyendas. Esta vez nos encontramos con Úrsula, una princesa bretona. Con sus once u once mil novias vírgenes, regresa de una peregrinación a Roma. Esta peregrinación debía ser su despedida de soltera para la princesa cristiana estrictamente devota del noroeste de la Galia. En el camino de vuelta a casa, también pasa por Colonia en barco. Pero los hunos están asediando la ciudad en ese momento. Y nada menos que Atila el Huno le ha echado el ojo a la bella Úrsula. Lo que sucede entonces es bien conocido por todos los niños que crecen en Colonia. Así que ya es hora de que tú también lo aprendas.

Von Hans Peter Schaefer -> Hps-poll, http://www.reserv-a-rt.de – obra propia, subida por primera vez en de wikipedia el 07:39, 3. Abr 2005 por Hps-poll, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=536568

Reliquias como este hueso decorado que fotografié en la catedral de Speyer, en la ciudad de Speyer, en Renania-Palatinado, eran muy codiciadas en la Edad Media como objetos de veneración. Y Colonia era una de las mayores productoras y vendedoras de ellos en todo el mundo. Esto hizo que la ciudad y sus habitantes se enriquecieran.